Luna se empecina en no dejarnos ver su cara oculta, ¿qué esconde?
¿Qué es eso de la cara oculta de la Luna?
¿Cómo es tan distinta de la cara visible?
¿Por qué tiene la Luna una cara oculta?
Recientemente hemos recibido desde China la noticia de que la sonda “Chang’e 4”, lanzada por la Administración Nacional del Espacio de China el día 8 de diciembre de 2018, llegó con éxito a la Luna el 3 de enero de 2019, y alunizó con éxito en su cara oculta. De ahí vienen las preguntas que nos hacemos.
Observemos la Luna
Cuatro fases:
Sabemos que la Luna gira alrededor de la Tierra y completa una rotación cada 4 semanas. Bueno, para ser más precisos: el periodo de revolución de la Luna alrededor de la Tierra, llamado mes sidéreo es de 27,32 días, pero no coincide exactamente con el tiempo en que se repiten las fases de la Luna (nueva, creciente, llena y menguante), ya que la Tierra se mueve. El período entre una fase nueva y la siguiente, conocido como mes sinódico, es de 29,53 días.
Es decir, cada 29,53 días, la Luna se ve desde la Tierra iluminada por el sol de la misma manera; pero siempre le vemos la misma cara -la cara visible-, y por tanto la parte más alejada o cara oculta, no la vemos nunca.
Dos caras:
Es obvio que llamamos así a la “cara oculta de la Luna” porque no la vemos desde la Tierra, al contrario de la “cara visible de la Luna”, que es la que estamos acostumbrados a ver, y que siempre tiene el mismo aspecto.
Independientemente de las fases de la Luna, si observamos su aspecto, nos damos cuenta de que vemos siempre la misma orografía, esté más iluminada o menos. Es decir, la Luna tiene un periodo de rotación sobre si misma idéntico al de traslación alrededor de la Tierra, y esto hace que podamos hablar de una cara cercana a la Tierra (visible) y de una cara oculta, que es la cara más alejada.
Siendo un niño me explicaron esto de la rotación y la traslación de la Luna, colocándome junto a una mesa redonda, mirando al centro, y girando alrededor de la mesa sin dejar de mirar al centro de la mesa. Después de dar media vuelta a la mesa, veo que también he dado media vuelta sobre mí mismo (veo las paredes opuestas de la habitación), y cuando completo la vuelta a la mesa, veo que he completado una vuelta sobre mí mismo. Si hubiera alguien en el centro de la mesa, no me habría visto la espalda en ningún momento.
Observemos los efectos de la Luna sobre la Tierra (las mareas)
Conocemos la ley de gravitación universal, y sabemos que la Luna y la Tierra se atraen entre sí con una fuerza directamente proporcional a sus masas e inversamente proporcional al cuadrado de la distancia que las separa. Pero la distancia que separa las caras más alejadas de la Tierra y la Luna es claramente mayor que la distancia entre las caras más próximas, así que la atracción gravitatoria será mayor entre las caras más próximas. Esto no tendría importancia si la luna y la tierra fuesen completamente rígidas, pero no lo son.
Esta leve diferencia de fuerza gravitatoria causa lo que conocemos como marea. La Tierra tiene más o menos un 70% de su superficie cubierta de agua, y esto provoca una deformación observable en los océanos. La figura muestra, de forma exagerada, la Tierra y la Luna vistas desde el norte, iluminadas por el Sol desde la derecha, y se ve cómo se eleva el nivel del mar en la Tierra al ser atraído por la Luna en cada una de sus fases. Vemos la silueta de la Tierra “abultada” por el efecto de las mareas (ojo, que hablamos solamente de unos pocos metros).
Pero la Luna no tiene océanos ni agua en abundancia como la Tierra, así que para terminar de entenderlo, tendremos que pensar en cómo se formó la Luna. Nuestro satélite se formó aproximadamente hace 4.500 millones de años. La Tierra sufrió una violenta colisión frontal con un embrión planetario. La colisión creó una Luna líquida, que luego se solidificó. Sabemos que la Luna estuvo fundida hace millones de años, porque era lo suficientemente grande (masiva) como para tener un campo gravitatorio importante, que sometió a una gran presión a los materiales de su interior. Es por eso que tiene una forma prácticamente esférica como todos los cuerpos que han estado fundidos.
Así, al estar fundida, tuvo mareas de magma y quedó “abultada” tras solidificarse. Estos bultos, cercano y lejano, se alinean con el centro de la Tierra, y son los que hacen que nos muestre siempre la misma cara.
El acoplamiento o bloqueo de mareas
Este fenómeno, consistente en que la Luna nos muestre su cara visible siempre, y que esta no cambie nunca lo conocemos como “acoplamiento de mareas” (en inglés “tidal locking”).
Ahora nos hacemos más preguntas: ¿Cómo es posible que sea tan exacta la igualdad de los periodos de rotación y traslación de la Luna? ¿Por qué no se desajustan? ¿Qué pasaría si un golpe de un meteorito la girase unos cuantos grados o acelerase su rotación? A poco que el periodo de rotación y el de traslación tuviesen unos segundos de diferencia, causados por cualquier perturbación, conseguiríamos ver la cara oculta de la Luna.
Pues, perturbaciones sí que hay, y la primera en dar constancia de ellas fue la sonda rusa “Luna”, que desveló lo distintas que son la cara visible y la cara oculta de la Luna. Lo primero que nos llamó la atención es la enorme cantidad de cráteres que hay en la cara oculta, y lo llena de “mares” o grandes planicies que está la cara visible. Muchos de los meteoritos que vienen del exterior acaban estampándose en la Luna, justo por la parte más alejada, la que no vemos, mientras que la cara visible queda intacta. Podemos pensar en la Luna como un buen escudo, que nos protege de multitud de impactos, que nos harían bastante daño, a la vista de los daños que han causado a la orografía de la cara oculta de la Luna.
Los abultamientos mencionados anteriormente son los que hacen que continuamente se esté equilibrando la posición relativa de la Luna frente a la Tierra, frenándose o acelerándose para alinearse hacia el centro de la Tierra. Algo así como si estuviese “anclada” a la Tierra, para que incluso a pesar de los meteoritos -grandes impactos que la pueden girar- vuelva a su posición estable.
Para terminar, hay que mencionar que lo mismo que nosotros no vemos la cara oculta de la Luna, desde allí tampoco se ve nunca la Tierra, así que las comunicaciones de radio directas con la tierra son imposibles, y la sonda china “Chang’e 4” necesita transmitir sus comunicaciones a un satélite separado que orbita la Luna, y desde allí se transmiten a la Tierra.
La Luna se empecina en no dejarnos ver su cara oculta, será para no mostrarnos sus heridas…