Empezaré este artículo hablando de personas y terminaré en empresa ya que como siempre comento, las empresas están constituidas por personas.
Pues bien, el ser humano se compone de cuatro dimensiones: Física, Racional, Emocional y Espiritual.
Dimensión Física:
Hace referencia al desarrollo del cuerpo en todas sus facetas: forma física, salud, aspecto exterior.
Dimensión Racional:
Es todo lo relacionado con la Inteligencia Racional, las capacidades cognitivas ligadas a los conocimientos a través de la educación, la formación y la experiencia… todo ello conforma nuestra APTITUD.
Dimensión Emocional:
Hace referencia a la inteligencia emocional que es la capacidad para reconocer tus propias emociones y las de los demás y gestionarlas consiguiendo acciones positivas y eficaces.
Esto constituye una parte importante de nuestra ACTITUD, que es clave en nuestro comportamiento.
Pongamos un ejemplo sobre las cuatro dimensiones:
Cuando nacemos somos como coches salidos del concesionario, pero sin aire en las ruedas y cada una de las cuatro ruedas representa una dimensión.
Aprendemos a caminar, practicamos educación física y nos alimentamos (D. Física), Aprendemos en el colegio y la universidad y a través de la educación de nuestros padres y la experiencia (D. Racional y D. Emocional) y entramos en contacto con alguna religión, creencia o meditación (D. Espiritual).
Esta es la teoría, pero lo cierto es que conozco a muchas personas que ya en edades adultas han desarrollado sólo dos dimensiones (física y racional) y no del todo y les falta aire en la rueda emocional y en la espiritual, todo ello debido no sólo a una voluntad personal sino a que los sistemas educativos no contemplan la formación de manera holística, centrándose más en aspectos del conocimiento y no tanto emocionales.
Pero la realidad es innegable y circular con ese coche con aire sólo en dos ruedas por la carretera de la vida va a ser complicado y va a requerir de un gran esfuerzo y desgaste para avanzar y progresar.
El crecimiento personal basado en el desarrollo de las cuatro dimensiones de una manera integradora y equilibrada es la base de la realización personal y la felicidad, ya que si estamos en desequilibrio dimensional vamos a consumir mucha más energía sin ser efectivos; vamos a disponer de menores recursos para afrontar retos y dificultades; vamos a tener una visión más reducida, perdiendo perspectiva y, con ello, dispondremos de menos alternativas y oportunidades; vamos a estar anclados en falsas zonas de confort que no nos atrevemos a abandonar por miedo disfrazado de practicidad debido a un estado de inseguridad creado por falta de las herramientas necesarias para el aprendizaje como antesala de la colonización de nuevas zonas que ensancharían nuestro universo personal, alcanzando niveles más elevados de realización personal y felicidad.
Llegados a este punto cabe preguntarse ¿Y QUÉ ES LA EMPRESA 4D?, veamos:
Como decía al principio, la empresa la forman personas y si trasladamos el modelo anterior a la empresa, tendremos:
Dimensión Física:
Es la dimensión económica, los activos contables, los resultados; todo ello necesario para la supervivencia y el crecimiento y, cuanto más fortalecidos estén, mayor salud y mejor solvencia. Esto hay que cuidarlo y desarrollarlo, lo mismo que sucede con el cuerpo humano, pero todo ello es una consecuencia y no una causa y por sí solo no es suficiente ya que en una empresa el beneficio y el flujo de caja son como el agua y la sangre en un cuerpo saludable, pero no son la razón de la vida.
Dimensión Racional:
Hace referencia a los conocimientos, el know how, la formación técnica, la capacidad analítica, el desarrollo de la inteligencia racional aplicada al negocio, el aprendizaje, la metodología, el manejo de los números. Ello supone una herramienta necesaria, las habilidades para el dominio de esta dimensión son las llamadas HARD SKILLS.
Pero hay mucho más detrás de todo esto, porque los datos no llueven del cielo; son elaborados por personas en circunstancias determinadas y no a todo se puede aplicar la razón ni todo se puede contabilizar.
Dimensión Emocional:
Los profesionales en las empresas, primero son personas bajo estados emocionales que determinan la forma en que interactúan consigo mismas y con los demás, siendo esta interrelación clave para la consecución de los objetivos empresariales pues inciden en aspectos determinantes como: motivación, creatividad, inteligencia emocional, innovación, estilo de liderazgo, compromiso, comunicación, empatía, asertividad, estado anímico, colaboración…
Son las SOFT SKILLS, cuyo desarrollo permite obtener recursos adicionales para elevar los niveles de desempeño funcional y la efectividad.
Pero todavía nos falta algo, y cabe preguntarse ¿y todo esto para qué?
Dimensión Espiritual:
Representa el PARA QUÉ de la empresa, cuál es la finalidad de su existencia, a qué contribuye como fin mayor por encima del negocio, cuáles son sus valores y su misión, cuál es su papel en el universo empresarial. Y para estas preguntas tenemos que tener respuestas que afiancen el compromiso y la motivación de los empleados y equipos porque así sabrán que con su trabajo están contribuyendo a una finalidad que trasciende y con la que se identifican y eso les motiva y les constituye. Estas respuestas se tienen que dar a través de la cultura corporativa, comunicada de manera transparente a toda la organización y presente en la toma de decisiones.
Pero lo mismo que ocurre con las personas, he visto muchas empresas que circulan por la carretera del mercado en dos dimensiones, la física y la racional: sólo resultados y más resultados, sólo conocimientos y más conocimientos, pero poco sobre el desarrollo real de personas en las organizaciones. En esto no vale el postureo, a través de acciones esporádicas sobre motivación, coaching u otras actividades que luego no tienen continuidad ni seguimiento y también poca transmisión y aplicación del mensaje corporativo a veces sólo escrito en la web de manera decorativa en el ya clásico apartado de Misión, Visión y Valores.
Estas empresas que van sólo en 2D van ser claramente adelantadas por otras con mayor grado de desarrollo, y sólo dos dimensiones no serán suficientes para circular, es decir para sobrevivir, y mucho menos para alcanzar el éxito.
Pero si conseguimos desarrollar de manera integradora las cuatro dimensiones mediante:
- Control de la cuenta de resultados y el cash flow, como indicadores clave.
- Programas continuados de capacitación y formación técnica que otorguen herramientas para el análisis y el desarrollo del negocio y la toma de decisiones.
- Implantar políticas de desarrollo personal, habilidades soft y gestión y retención del talento, que contribuyan a crear un clima motivador, creativo, integrador y comprometido.
- Creer en una cultura corporativa basada en valores firmes y sostenibles llevada a la práctica y comunicada con transparencia a toda la organización.
Con ello habremos conseguido una EMPRESA 4D, que tendrá las herramientas necesarias para afrontar los retos que exigen los trepidantes cambios actuales y salir reforzada, es decir una empresa de éxito.