Mirian Izquierdo es la fundadora y presidenta de la Fundación Womand Forward. Su objetivo es la Igualdad de género, desde la perspectiva de la ciencia y con especial atención a las empresas. Es en éstas donde mejor se puede desarrollar la compenetración de la manera de pensar femenina y masculina, sin que eso signifique la prevalencia de una sobre otra.
Epicuro: ¿Nos puedes decir a qué se dedica Woman Forward? ¿Cuáles son sus objetivos?
Mirian Izquierdo: Woman Forward es una fundación que promueve la igualdad de género aprovechando la investigación científica para crear valor en la sociedad y en las empresas, partiendo de la igualdad de oportunidades. Dicha igualdad no es percibida de la misma manera en todos los entornos, pero lo que sí está claro es que, desde la perspectiva científica, la igualdad crea riqueza y, de alguna manera, bienestar y felicidad. Hay muchas investigaciones científicas que lo que demuestran es que la igualdad de género crea innovación, aporta diversidad de puntos de vista, aporta sensibilidades y en esa compenetración de la manera de pensar masculina y femenina se consigue enriquecer las empresas y la sociedad, complementándose. Diferente es el feminismo de género, donde hay otra serie de normativas u otra serie de personas que se identifican como feministas y tienen ópticas diferentes, como puede ser la defensa de la ideología de género, que no tiene los mismos objetivos.

Foto: Álvaro Loureiro
E: Se está viendo que se está avanzando bastante respecto a diez quince años atrás, naturalmente, pero ¿en qué punto estamos ahora respecto a la igualdad de género, en el entorno internacional y, sobre todo, aquí en España? Las medidas que hay puestas encima de la mesa, con los sistemas de cuotas, los distintivos de igualdad para las empresas, las medidas de conciliación a nivel empresarial, ¿no es suficiente?
M.I.: Estamos avanzando muy lentamente en España respecto a los principales países del entorno de la Unión Europea. Muchas de las medidas se han quedado en el anuncio, por lo cual no podemos saber si habrían sido positivas y eficaces. Mucha gente dice que esto es un tema de educación o que se subsanará con el tiempo. Si nos referimos a la educación podemos ver que hay muchas generaciones de jóvenes que están yendo para atrás; hay muchos adolescentes que tienen un machismo muy superior al que se tenía hace años. Ahora esto es un fenómeno muy extendido.
E: Realmente, crees que aunque estén en marcha, no hay una concienciación, no sólo en la forma sino en el fondo, de lo que hay detrás de las medidas ¿qué está fallando para no ir avanzando? Porque hay muchos países que están por delante de nosotros. ¿Por qué no calan en nuestro entorno? ¿No están apoyándose?
M.I.: Yo creo que hay muchas empresas que no están a favor. Hacen cosas y lo quieren demostrar, pero no están a favor de incorporar a las mujeres a puestos de decisión máxima o de las medidas de conciliación. Es un tema que, al final, piensan, puede costar dinero y no están convencidos. Y creo que también hay mujeres que no están convencidas.
E: ¿Es el típico techo de cemento que se imponen a sí mismas y también el techo de cristal?
M.I.: Sí, porque crecen limitándose. Es un tema también de ver cómo están las organizaciones. Yo cuando oigo decir que a las mujeres les falta ambición, que es otro de los temas, pienso que hay un porcentaje de mujeres, no sé cuál desde el punto de vista científico, que no es que les falte ambición, sino que el estrés asociado a esa búsqueda de las posiciones de liderazgo es tan grande que no les compensa.
E: ¿Que no se lo ponen fácil? Y eso inhibe de alguna forma.
M.I.: Claro. Son barreras del entorno. Si yo para postularme por un puesto, me tengo que pegar con mi marido, con mi padre, al final dices para qué.
E: Quizá alguna causa de estas consecuencias podría haberla en la propia educación. He visto algunas cifras y parece que entre el 55% y el 65% de los licenciados universitarios son mujeres y parece que éstas están arrasando en notas. Luego el mercado laboral da la vuelta a esos porcentajes, las mujeres tienen menos oportunidades. Habiendo talento, porque se demuestra, ¿Se está desaprovechando el talento femenino, de alguna manera?
M.I.: Se está desaprovechando. Es verdad que no sucede en todas las carreras, pero hay carreras que hay disminución de mujeres y sigue decreciendo. Pero sí hay un aumento de mujeres en general y en los puestos que requieren oposiciones también hay cada vez más mujeres. Pero no llegan arriba y eso es el resultado de la educación, la cultura y una sociedad permisiva, que permite que las designaciones no se hagan por méritos. Los que deciden son hombres y muchas veces lo que decides es lo que es más afín e igual a ti, para no salir de la zona de confort.
E: ¿Puede haber una reacción inconsciente ahí?
M.I.: Sí, ni siquiera muchos de ellos serán machistas. Simplemente es a este le conozco, está más cerca, o pertenece a mi grupo de amigos. Esto sí que costará generaciones solventarlo. ¿Qué pasará luego? Pues que las mujeres querrán hacer lo mismo.


E: En las carreras “STEM” hay un 23% que son mujeres. A nivel mundial un 28% son investigadoras. Pero estas carreras, donde imperan las nuevas tecnologías, van a definir el mundo del futuro. Los grandes modelos de consumo, económicos, de servicio, estarán en manos de hombres y eso va a tener una tendencia más afín a los hombres. La mayor parte de los puestos de trabajo van a estar en el futuro entorno a esas carreras y si empezamos con minoría… ¿Cómo se puede conjugar esto?
M.I.: Hay un problema muy importante. Los últimos gobiernos han hecho un estudio sobre la brecha digital tecnológica entre hombres y mujeres. En España todavía esa brecha es mucho mayor. Nosotros, desde la Fundación, incidimos mucho con las niñas en esa parte más humanizada de la ciencia y en la causa por la cual las niñas no eligen esas carreras. Está demostrado que niños y niñas tienen las mismas capacidades intelectuales y científicas; por ejemplo para las matemáticas. Por otra parte, las niñas tienen mejor capacidad para la comprensión lectora. Por un lado, por eso tienden a ir por esa línea, y por otro porque la proyección social de las carreras humanísticas se tiende a ver más clara. Por eso no faltan niñas en las carreras de medicina, enfermería y algunas ciencias, pero de corte más humanístico. Pero faltan en las carreras de ingeniería.
E: Desde la Fundación ¿qué medidas se están tomando, cómo se va a colaborar a medio plazo, qué estáis planificando para que la igualdad sea un hecho?
M.I.: Desde la perspectiva científica, que las empresas crean en este nuevo valor a nivel empresarial, además de intentar cambiar socialmente estos patrones restrictivos.
Lo que quiere decir que desde la incorporación de la mujer a la empresa se puede crear valor económico, mejora de las cuentas de resultados…
Sí. Estamos trabajando en varias líneas. Desde hacer amigos de la fundación con un donativo anual, que es deducible al 50%, con Hacienda, hasta asesorar a fundaciones, implicarnos en algunas acciones como voluntarios, trabajar con niños, patrocinio de empresas, convencer a las niñas de que pueden ser grandes científicas, cambiar la forma de pensar y de abordar las carreras y la evolución del trabajo desde el momento en que una niña de 16 años vaya a elegir su itinerario. Colaborar con partidos políticos para que promuevan medidas de igualdad, crear eventos que se difundan en la sociedad en apoyo de la igualdad de género, sobre todo, concienciar de dónde estamos nosotros respecto a los países de nuestro entorno.
E: Queda mucho.
M.I.: Sí. Por ejemplo, la mujer en los consejos de dirección, estamos muy lejos aún de la situación deseable. Y eso sólo es una muestra.