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DEFENSA DE LA HISPANIDAD

Profesora Constanza Carmona

Profesora Constanza Carmona

Como Asociación que nació para defender y difundir el Patrimonio español, ADIPROPE no puede sino condenar los actos vandálicos que están teniendo lugar, especialmente en EE. UU, en contra de la trascendental labor que allí realizó España durante los siglos en que aquellas tierras formaron parte del Imperio español, “Las Españas”, como se decía entonces. Los ataques a Colón, Fray Junípero Sierra, Juan de Oñate, Cabeza de Vaca, Ponce de León, la Reina Católica Isabel, ¡y hasta a Cervantes! no muestran sino desinformación y odio irracional.

Nuestra indignación está más que justificada porque también nuestra historia y sus protagonistas forman parte de nuestro patrimonio. El objetivo de la hispanofobia desatada busca borrar la herencia y el legado español tergiversando y manipulando la historia, aplicando un salvajismo destructor intolerable. Parece que la Leyenda Negra sigue viva. Ha faltado un deseo firme en los planes educativos para divulgar de manera cierta la verdadera historia de lo allí acontecido. También se echa de menos en las autoridades un apoyo firme a la memoria e historia de España. Porque motivos hay de sobra, solo hay que conocerlos.

América no puede entenderse sin la aportación hispana, que hoy forma parte de su identidad. España fue capaz de incorporar a todo un continente a la cultura y civilización occidental. Territorios que asimilaron sus valores y principios: la libertad y dignidad del ser humano que emanan del cristianismo. Insistir en que aquellos territorios no eran “colonias”, sino “provincias” o “reinos”, plenamente integrados en la Corona española. Con los mismos derechos. Con las mismas obligaciones. Ni más, ni menos. Un ciudadano extremeño, castellano, andaluz o gallego, tenía las mismas obligaciones y disfrutaba de la misma protección que los nativos de Ultramar.

El Descubrimiento de América fue sin duda el acontecimiento más trascendental de la historia, que tuvo repercusiones universales y marcó el paso de la Edad Media a la Edad Moderna. Son tantos los hechos- que no opiniones- a señalar, que nos limitaremos a los más esenciales.

Francisco de Vitoria en la Universidad de Salamanca,
firme defensor de los derechos de los indios, elaboró
teorías jurídicas y teológicas sobre los derechos de la
persona, base de los derechos humanos actuales.

1. La protección y defensa de los derechos de los nativos americanos. Ya los Reyes Católicos, en Las leyes de Indias en 1492 y Leyes de Burgos en 1512, establecieron la condición de hombre libre de los indígenas, con la prohibición expresa de ser explotados, sin perjuicio de la obligación de trabajar a favor de la corona con el estatus de súbditos de la misma. La Reina Isabel en su testamento (1504), llamaba a proteger a los naturales de los territorios descubiertos en Ultramar, a respetar sus derechos humanos y alentaba a su evangelización. En Francia se abolió la esclavitud en 1820. Abraham Lincoln abolió la esclavitud en EEUU en 1863. Es decir 300 años más tarde. Más tarde con las Leyes Nuevas de 1542, se concedían nuevos derechos a los habitantes indígenas para mejorar sus condiciones de vida. Francisco de Vitoria en la Universidad de Salamanca, firme defensor de los derechos de los indios, elaboró teorías jurídicas y teológicas sobre los derechos de la persona, base de los derechos humanos actuales. No sólo se respetó a los indios, sino que hubo mestizaje. No hay más que abrir los ojos y ver la cantidad de mestizos y nativos que se asientan en América. Sólo un ejemplo: el 80 % de la población bolivariana es de origen indígena. Esto ya echa por tierra el presunto genocidio cometido por los españoles. Los matrimonios mixtos eran frecuentes. Es algo que diferencia a España del resto de potencias coloniales.

Puente de Ojuelos en el estado de Jalisco, parte del Camino Real de Tierra Adentro, declarado Patrimonio Mundial de la Humanidad junto a otros 59 sitios de la ruta.

2. España contribuyó-y vaya si lo hizo- a la construcción de América, que se llenó de miles de ciudades de origen hispano. Sus nombres lo dicen todo. Y en aquellas ciudades se levantaron enseguida magníficas catedrales, universidades, conventos, hospitales y colegios. Panamá, Lima, Veracruz, Cartagena de Indias, La Habana, Guadalajara, Santa Fe, Alburquerque, siguen el trazado urbanístico español exportado desde San Cristóbal de la Laguna en Canarias, modelo de ciudad colonial y Patrimonio de la Humanidad. Así mismo nacen los Caminos Reales para comunicar los distintos territorios: el desarrollo, la integración y el progreso dependían de la facilidad de intercambio de mercancías, personas y cultura. A lo largo de ellos, las Órdenes Religiosas construían postas, misiones, iglesias y escuelas, donde los viajeros podían descansar, instruirse y aprender la doctrina católica. Son, aún hoy, edificios admirados, únicos y rodeados de una bellísima naturaleza. Mencionar sólo el Camino Real de Tierra Adentro-Méjico con Santa Fe de Nuevo Méjico (EE.UU), de casi 3000 KM, considerado una obra maestra del genio creativo del hombre y declarado por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad.

El Hospital de Jesús fue una de las primeras
instituciones laicas que Hernán Cortés mandó
construir en la Nueva España.

3. La labor social fue enorme. Buena parte del esfuerzo público, privado y eclesiástico, se orientó a buscar el bienestar de la población: cientos de hospitales se fundan desde el principio. El primero de 1503, el de San Nicolas de Bari en la actual R. Dominicana. En Lima había más hospitales que iglesias, con una media de una cama por cada 100 habitantes (más que hoy en una ciudad como Los Ángeles, según datos de Elvira Roca). Los había para todo tipo de enfermedades y en ellos se atendía también a los nativos. Todavía muchos en funcionamiento, como el de la Purísima Concepción en Ciudad de Méjico, desde 1524 (apenas 5 años después de la llegada de Cortés).

La primera universidad de América en 1538 creada por los dominicos en Santo Domingo.

4. La labor educativa de España constituyó también una excepción entre las potencias europeas con la fundación de Centros educativos y Universidades en el Nuevo Mundo. El afán civilizador de España fue prioritario: escuelas, colegios, imprentas (la más antigua en Méjico en 1536) para la divulgación de estudios. A los nativos se les enseñaba un oficio, lengua y cultura. Y lo más importante, una manera cristiana de entender la vida basada en la libertad, la igualdad, el respeto y el amor al prójimo. Los, nada menos, que 23 centros de educación superior tuvieron enorme vitalidad. Hasta la independencia salieron de ellos 150.000 licenciados de todas las razas y etnias (ni portugueses ni holandeses abrieron una sola universidad en sus imperios). La primera, creada en 1538, fue la Real y Pontificia de Sto. Tomás de Aquino en Santo Domingo. A la que siguieron muchas más. Tuvieron un nivel equivalente al de las europeas y jugaron un papel relevante en el transvase cultural de la Europa cristiana al Nuevo Hoy son 20 las naciones que hablan español y en EE.UU. es la segunda lengua más hablada.

Diego González Holguín, estudió durante 25 años la
lengua quechua, en 1607 publicó en Lima su Gramática
y arte Nueva de la lengua general de todo el Perú,
llamada lengua Qquichua.

5. Argumento recurrente es la destrucción de la cultura indígena. Otra manipulación de la realidad. Entre otras medidas, merece destacar que, por deseo de Felipe II, surgieron cátedras de lenguas indígenas para fomentar su estudio y conocimiento. Hablar las lenguas nativas era obligatorio para todos los eclesiásticos que ejercían la enseñanza allí. Incluso se crearon diccionarios para facilitarlo.
Son sólo algunos ejemplos. No vamos a abrumar con tantos datos, pero lo que hizo España en América fue realmente asombroso. Cuanto más se estudia, más digno de admiración es. Por la extensión del territorio, por el breve espacio de tiempo en que se hizo, por las dificultades de la época, su labor fue extraordinaria. A poco que se piense, la inmensa labor civilizadora que hizo España, no tiene semejanza con ninguna otra nación del mundo, ni antigua ni moderna. En lo cultural y en lo humano y espiritual.

LA GESTA FUE ESPAÑOLA. CON MAYÚSCULAS.

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